Perdición y anclaje

Correr, buscarte, aferrarme a tus 100 trenes a pesar de todos tus huracanes.
Perder, llorarte, saber que nuestro vagón descarrilaría y nuestras ganas se perderían en ninguna parte.
Desesperar, soñarte, tener la sensación de que el orgullo te arranco de mis caderas y a mi de tus lunares.
Dejarme caer, sentirte, recoger y ponerme tu jersey del suelo para rezar y mantenerte siempre presente.
Parar, aceptarte, darme cuenta de que mis pasos acaban siempre escapando hacia tus calles.
Querer, pensarte, guardar el mechero para no quemarte y así salvarme.
Huir, gritarte, juntar las piezas de nuestro ultimo te quiero y darle al play constantemente.
Olvidar, echarte, me olvidé de que el de menos vendría después y tu con el sin llamarte.
Dormir, escribirte, perder las ganas de todo menos de volver a desvestirte.
Salir, reencontrarte, ver como las luces de neón no son nada comparadas con tus dos ojos en pleno baile.
Aguantar, sonreírte, cerrar los ojos y contarte que todo va bien mientras por dentro la calma me muerde.
Reír y amarte, que tu me preguntes para yo contestarte, y hacer del cáos en dos minutos una obra de arte.
Temblar, escucharte, dejar que te sientes peligrosamente cerca y que tus manos me atrapen
Esperar, recordarte, volver a enamorarme de la magia que consigues con tan solo rozarme
Callar, observarte, recorrer la ciudad a velocidad de vértigo con mis pupilas clavadas en tus gestos.
Respirar, agarrarte, olvidarme del daño de no poder evitar perderme otra vez en tus brazos.
Brillar, cantarte, llevar mis heridas descubiertas y decir que tu risa sea quien las trate.
Acelerar, arañarte, confesarte que la vida en blanco y negro murió al volver a escucharte
Saltar, acariciarte dejarme arrasar por la tormenta mas adictiva y hermosa que jamas conoceré
Besarte, evitar las promesas y no frenar porque nada puede ya alejarme
Navegar, surcarte, ser como tu estés y a tus latidos firmemente anclarme,
Morir, amarte, recostarme en tu pecho y admitir que sin ti jamas volveré a encontrarme.