J 11.
Intentando respirar flojito esperaba. Reservando mi aire para cuando se escapase al verte llegar a mi calle con tu música fuerte en el coche, la primera ropa que hubieras cogido del armario y una canción con doble sentido. Y a cada segundo me desesperaba todavía más.
Y llegaste tú. Y se apagaron las luces. Y teñiste la habitación con tus ojos mientras mi pecho comenzaba a vibrar como si un volcán fuese a estallar en su interior. Y estallamos. Estallamos rompiendo los muros, y rompiéndonos con ellos a cada beso que nos dábamos. Devorándonos con cada mordisco como si fuese la primera vez. Como si fuese la última.
Y yo no se qué pasó aquella noche, solo se que no quiero dejar de explotar si eso significa volver a vivir.
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