Quizás se podría llamar retorno

Cuantas veces habré borrado ya este comienzo de entrada, quizás se te queda corto, o en mi cabeza tengo las ideas envueltas en tul algo desordenadas. - ahora mismo me doy cuenta que por alguna persona puse el titulo a mi blog porque para mi esa idea era principal. No existe el amor, si no cuesta. Supongo que costaste tanto, que mis ganas de escribir se remitieron a ti y cuando vi que año tras años y texto tras texto no conseguí nada, me robaría las ganas de seguir moviendo los dedos en este teclado. 
Y hoy, doy por hecho que la frase sigue en mi vida pero dada la vuelta de campana, porque ahora esta ella tras de mi. Tras un equilibrio de emociones y control absoluto, me devuelves la alegría de comprender que el amor, no existe si no cuesta. 
Pero nunca debe doler, jamás, porque de eso ya se de sobra, de los que golpean fuerte sin que te enteres, de los que no puedes soltar y aunque quieras no puedes despegarte, de los que te dicen cinco cosas bonitas y te meten en la cama, no hacen falta ni las mitad de esas palabras bonitas, hoy en dia es tan fácil, enamorarse no lo sé pero fingirlo sabemos muy bien. Porque a veces nos creemos que el amor es plasmar que eres feliz al lado de esa persona, y luego estas hecha mierda. Así que un poco de todo, como este tiempo, poco a poco, como la primavera, ahora sol, ahora llueve..

De amor quería venir yo a hablaros cuando no tengo ni idea de como controlarlo. Solo con él se dejarme llevar como en un coche sin cinturón de seguridad y sin frenos, con las ventanas abajo para sentir el aire a tope y que más da que nos moleste el aire porque entre tan fuerte, al ir a la máxima velocidad por las curvas de tu cuerpo. 
Y es que quizás no quiero bajarme por miedo a ver si estamos en un precipicio y no me lo has dicho, obvio como me lo vas a decir, si tu lo que quieres es que abra esa puerta sin mirar y quite los pestillos para que puedas abrirlas tu a tu antojo, no?

-Si te cuesta que te cueste, pero no pares, porque me esta gustando que me estés llamando desde el cristal de fuera, y aunque llueva sigues fuera haciéndome reír, que ese parece ser tu único propósito ahora. Y yo muerta de miedo dentro, esperando que llegue el invierno de nuevo para poner la calefacción al máximo, y así que no puedas entrar. Y tu, deseando ser esa calefacción humana de la cual no quiera que acabe el invierno nunca.


  Y estoy feliz hoy porque escribir para mi, sin quererlo era estar triste, y en este momento mi sonrisa no cabe en mi cara y mis hoyuelos se marcan demasiado por no querer abrirla completa y supongo que de eso tienes tu la culpa. Supongo que todo esto pasa cuando una parte de mi ha sanado y no es absorbida por nada ni por nadie y vuelve de mi, porque siempre ha formado parte de mi el plasmar mis emociones y pensamientos de esta forma. La cual quiero que siga y sea una tarea sanadora para mi mente desordenada y caprichosa. 

Y que no acabe el puto invierno.

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