y ahora qué.
Me sincero, no sé por qué me daba tanta vergüenza desnudarme el corazón y no la carne. Puede ser porque queden secuelas de cuando me lancé al vacío sin alas, de cuando me clavaron un te quiero de mentira y el puñal que vino después. Y supongo que todas estas cosas son las que hoy me impiden besarte y romper cadenas, o mirarte con la verdad en las pupilas, quererte, enamorarme de ti...
Tengo miedo a que me rompas en tantos trozos que ni los años puedan reconstruirme, pánico a que encuentres hogar en otros labios, se me hace un nudo en la garganta cuando pienso que te vas con mi llanto en la espalda. Justo cuando mi cuerpo se ha quitado la coraza. Llevo el pasado a cuestas, y mi otro yo que se vuelve heroína, y tiene a cada rato la necesidad de un beso rápido, un azote mal dado y una vida de amor sincero.
He intentado aprender a querer de mil formas distintas, pero al final la ostia siempre ha sido la misma. Así que explícame por qué debería dejarte que formaras parte de mi vida, sino se como dejar que te enamores de mi.
No sé por qué será que me da mucha vergüenza soltar te amos por la boca y supongo que será por que algún día los hicieron burla, como si fueran mentiras.
Tengo miedo a enamorarme de ti, pero luego me coses las entrañas con besos, te vuelves casa donde todo vale, donde nada está escrito.
Soy la primera persona que siempre dice eso de tirarse en paracaídas cuando se trata de amor. Eso de no esperar y aventurarse, de no dejar escapar. Pero tengo que confesar que cuando lo tienes cerca, el estómago se cierra de golpe y el corazón no sabe ni que hacer, así que dime por qué debería dejar que habitaras en mi cabeza por más de una noche y un día.
...
Pero de repente, me miras, me sonríes y se me cae el alma al suelo. Siento y eso es lo que me importa.
Deseo y miedo constante de conocer, de saber, de descubrir, y una esencia que parece inalcanzable de tan perfecta que parece. Cierro los ojos y no creo en esto, solo miro hacia delante donde creo que debería ir.
A mil por hora, sin pensar que puede pasar. Aunque parezca perfecta te estás topando con una montaña rusa de mil curvas con tropecientas emociones dislocadas y con el error de creer que tienen que ayudarme para salvarme. Cuando se que soy la única que puede y tiene que hacerlo. Al pensar que iba a ser un invierno largo y que iba a juntar los pedazos que iba recogiendo en una habitación fría... pero apareces para ayudar a ordenarlos, aunque nadie te haya pedido nada.
...
Déjame correr tras de ti con todos mis miedos a la espalda y las bocanadas de humo que traigo de casa.
Desnudarme los no puedo y sacarlos despacio que voy a dejarme llevar sin que te des cuenta por todo el espacio.
Cambios de temperaturas abismales que se unen por el mero hecho de rozarse.
El aire que empaña los cristales y los besos que no quieres que acaben.
La despedida que nunca quieres que llegue y el... ¿y ahora qué?
Tengo miedo a que me rompas en tantos trozos que ni los años puedan reconstruirme, pánico a que encuentres hogar en otros labios, se me hace un nudo en la garganta cuando pienso que te vas con mi llanto en la espalda. Justo cuando mi cuerpo se ha quitado la coraza. Llevo el pasado a cuestas, y mi otro yo que se vuelve heroína, y tiene a cada rato la necesidad de un beso rápido, un azote mal dado y una vida de amor sincero.
He intentado aprender a querer de mil formas distintas, pero al final la ostia siempre ha sido la misma. Así que explícame por qué debería dejarte que formaras parte de mi vida, sino se como dejar que te enamores de mi.
No sé por qué será que me da mucha vergüenza soltar te amos por la boca y supongo que será por que algún día los hicieron burla, como si fueran mentiras.
Tengo miedo a enamorarme de ti, pero luego me coses las entrañas con besos, te vuelves casa donde todo vale, donde nada está escrito.
Soy la primera persona que siempre dice eso de tirarse en paracaídas cuando se trata de amor. Eso de no esperar y aventurarse, de no dejar escapar. Pero tengo que confesar que cuando lo tienes cerca, el estómago se cierra de golpe y el corazón no sabe ni que hacer, así que dime por qué debería dejar que habitaras en mi cabeza por más de una noche y un día.
...
Pero de repente, me miras, me sonríes y se me cae el alma al suelo. Siento y eso es lo que me importa.
Deseo y miedo constante de conocer, de saber, de descubrir, y una esencia que parece inalcanzable de tan perfecta que parece. Cierro los ojos y no creo en esto, solo miro hacia delante donde creo que debería ir.
A mil por hora, sin pensar que puede pasar. Aunque parezca perfecta te estás topando con una montaña rusa de mil curvas con tropecientas emociones dislocadas y con el error de creer que tienen que ayudarme para salvarme. Cuando se que soy la única que puede y tiene que hacerlo. Al pensar que iba a ser un invierno largo y que iba a juntar los pedazos que iba recogiendo en una habitación fría... pero apareces para ayudar a ordenarlos, aunque nadie te haya pedido nada.
...
Déjame correr tras de ti con todos mis miedos a la espalda y las bocanadas de humo que traigo de casa.
Desnudarme los no puedo y sacarlos despacio que voy a dejarme llevar sin que te des cuenta por todo el espacio.
Cambios de temperaturas abismales que se unen por el mero hecho de rozarse.
El aire que empaña los cristales y los besos que no quieres que acaben.
La despedida que nunca quieres que llegue y el... ¿y ahora qué?
Comentarios
Publicar un comentario