Del 21 al 31.

Mis dedos en el teclado, los ojos cerrados, mis oídos escuchando 'Nuvole Bianche' y tus notificaciones alumbrando mi pantalla. Mi sonrisa puesta, calcetines largos de estar por casa, babuchas de invierno y camiseta ancha a modo vestido.
Sonrío mientras escribo porque te pienso, mientras pienso en como podría ser todo si hoy mismo, mientras todo esta oscuro, pudiera ir a tu puerta y solo mirarte a los ojos.
Escaparnos ahora que no hay nadie por las calles, ahora que solo podemos estar tu y yo.
Huir de lo correcto y como tu dices, saltarnos la cuarentena. 
Ojala todos los planes, los que yo también estoy anotando, se cumplan.
Porque no sé que ha pasado, ni en que momento empecé a mirarte de otra forma, pero me siento genial cuando al menos se que estás ahí detrás, respondiendo un simple icono al que no se como seguir. Y sentir que te pasa igual, me hace risa. 

No quiero ilusionarme, ahora que todo es tan intenso, que todo tiene un valor máximo porque tus buenos días, puede ser lo único interesante que me pasen hoy.
Y que luego...no sea como esperábamos. Quiero saber ya que todo saldrá bien, tal y como lo imagino en mi cabeza, como un carrete que no para de avanzar con momentos felices. 
Tal y como imagino un encuentro cualquiera, el primero, el segundo, el tercero, el cuarto, menos el último. 
Que que me está haciendo sentir esto?
Yo no lo llamo la cuarentena, ni la intensidad, ni el estar encerrada, ni que seas lo único a lo que me pueda agarrar.
Tal cual he hecho la pregunta, que me esta haciendo sentir esto... Sentir esto, es eso, no más.
Ya me has hecho sentir. Y de ahí, al tu y yo, al aquí, al nosotros, al rojo, a los no quiero agobiarte, a los buenos días, a las canciones, a los me gustas cada día más, a los mensajes leídos sin contestar, a las mil canciones que te dedicaría. Y no sé si parar ya, o seguir.

Solo, que no lo hagas tu. 

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